Hace unos años, en Todmorden, un pequeño pueblo británico situado en el norte de Inglaterra, a escasos veinte minutos de Mánchester, la gente comenzó una verdadera revolución. Consistía en plantar hierbas medicinales, árboles frutales, verduras y hortalizas a lo largo de todos los espacios públicos del pueblo.
Hoy en día, las calles están llenas de vida y color y, además, son literalmente comestibles. La siembra y mantenimiento se lleva a cabo por más de 300 voluntarios, que trabajan dos mañanas al mes. A la hora de la cosecha, todo el pueblo puede servirse gratuitamente. Este increíble movimiento local les aporta fruta y verdura fresca y al mismo tiempo se convierte en toda una revolución en favor de la sostenibilidad, el equilibrio medioambiental, el trabajo solidario en la construcción de un nuevo mundo a partir de la iniciativa social y la lucha a nivel local.
El movimiento ha acabado ganándose a los que, al principio, lo veían como una excentricidad destinada al fracaso, incluso los poderes oficiales, que han terminado legalizando y apoyando la iniciativa. Gracias a la difusión de las redes sociales, el movimiento ya se está extendiendo al resto de Europa,
llegando a muchos pueblos y ciudades, como por ejemplo en Cerdanyola.
Las siguientes fotografias pertenecen a una re-plantada en la Plaça Goya (Cerdanyola) el 22 de Noviembre de 2014.