Dejando en su campamento una fuerza respetable, en el cuerpo del 99º de Línea, los franceses esquivan el combate a campo raso y desprenden una pequeña guerrilla por su izquierda, al tiempo que mueven por su derecha una gruesa columna de cuatro o cinco mil hombres entre las Haciendas de Amalucan y Los Álamos, avanzando a lo largo del camino e iniciándose la pelea frente a la Garita de Amozoc.
Zaragoza comprendió de inmediato el plan de Lorencez y dio las contraórdenes convenientes. Berriózabal avanza a paso veloz entre las rocas y se sitúa entre la hondonada que divide Loreto y Guadalupe; Antonio Álvarez, con los Carabineros de Pachuca, protege la izquierda de los reductos.